Al mismo tiempo, se crea la Cooperativa de pintores de Barcelona SCCL, donde solo los asociados al gremio podían comprar, y se gestionaba y se dirigía directamente para su consumo.

Durante muchos años estuvo operando como cooperativa, y en el año 1996 se privatizó la explotación pasando a convertirse en la actual Copiba SL., que junto con las tiendas de Elias en Barcelona forman la red de distribución más importante de la ciudad para el pintor profesional.